Columna publicada en los escombros del periódico La Catarina

martes, 29 de junio de 2010

Democrápula


La diferencia entre una democracia y una dictadura es que en la democracia tu votas primero y recibes ordenes después; en la dictadura no tienes que perder tu tiempo votando.

Charles Bukowski

Se vienen los días de elección. Algunos pocos estudiantes, cada vez menos, se comprometen a representar a sus compañeros. Para lograrlo se hace una representación estudiantil de nuestra putrefacta democracia. Con reglamentos absurdos, propuestas superficiales, debates pueriles y reggaeton, mucho reggaeton. Sin duda alguna, esto habla de lo bien simulado que se encuentra el popular sistema.

Uno de los fallos iniciales, como en la política de estado, es el limitado poder para realizar mejorías notables que tendrán los candidatos a elegir. No así el que tendrán para empeorar notablemente las condiciones, como ha sucedido con Consejos Estudiantiles previos.

Y es que, lo que más le interesa al afable y sabio estudiantado de la UDLA poblana, son las fiestas que llevarán a cabo sus representantes, o menos, tal vez le interese simplemente que su conocido gane, y eso ya es mucho, contra lo que tienen que luchar generalmente es contra la abstinencia electoral. Una vez más, la democrática representación es veraz con su entorno.

Es decoroso recordar fraudes previos, como el llevado a cabo por una mesa de Derecho hace un par de años; o los abusos de poder mezclados con falta de acción del ex presidente yucateco Everd Dzib, que a la usanza de vieja escuela priísta, posaba para las fotos y los aplausos mientras ignoraba o aumentaba la adversidad de las aulas que representaba. Siempre se le recordará como el representante estudiantil que fue muy amigo de Palou.

Este parece un buen momento para pensar en la verdadera autonomía de un consejo estudiantil representativo y académico, pensar en sistemas como el estadounidense o el inglés, en los que las responsabilidades y facultades del consejo son mayores, digamos en comparación, verdaderas. Sistemas en los que el estudiante con alguna duda no piensa a primera instancia en pasar al CACE, si no con sus representantes homólogos, que aspiraron al puesto para servir, no para ‘hacer curriculum’ o perseguir un irrisible poder, ni para ser amigos de la administración, si no meros intermediarios entre ellos y el estudiantado.

Por su parte, el sistema de espionaje electoral se concentra más en que se respete su banderazo de salida para proselitismo, que en establecer un buen filtro de candidatos al poder estudiantil, uno que no se limite a revisar los promedios de los aspirantes.

Sin embargo, no resulta ni lejanamente posible pretender una representatividad académicamente eficiente, ya que la comunidad estudiantil seguirá recibiendo los representantes que se merece: que los sigan invitando a mover las caderas, a ponerse coloridas playeras de algodón de manufactura asiática, a pagar una módica cantidad por tener acceso a las privadas fiestas UDLA. Por eso, compañero estudiante, siendo democráticamente correcto, lo invito a que pase a votar.

Evaristo Galvanduque

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats