Columna publicada en los escombros del periódico La Catarina

miércoles, 30 de junio de 2010

Esto no es una pipa

Uno de los cuadros más famosos de Magritte, evidenció la paradójica relación entre las palabras, las imágenes y las cosas. La representación no es lo que representa, tema que después retomara Foucault en un ensayo titulado de la misma forma. El cuadro, esencialmente (ya que existen varias versiones del mismo), muestra la imagen de una pipa con la leyenda ‘ceci n’est pa un pipe’ debajo de ella.

La negación de la pipa, y para no profundizar más en esto, se puede limitar a su carácter tangible, es decir, la representación pictórica de una pipa no es una pipa, la palabra pipa tampoco lo es, de ahí el debate sigue pero no es relevante para este texto.

Esto no es La Catarina

Hace ya algunos años se publicaba un periódico con el mismo nombre que el que ahora tienes en las manos, aquél periódico pasó por un complejo proceso de censura, el cual no es momento de abordar. Ese semanario fungía de dos formas para ser un periódico universitario: una ventana al espacio público de la universidad, es decir, una función meramente informativa y, simultáneamente, se desarrollaba como un taller de periodismo, su función pedagógica.

Después de pasar por un equipo editorial impuesto por el rector escritor, de los que no se puede decir algo bueno, ha quedado un equipo que más bien poco o nada tiene que ver con ellos. Un equipo que a diferencia de los equipos previos a la censura, no cuenta con un profesor asesor con experiencia en periodismo, o ni siquiera, no cuenta con un asesor, un asesor que haga de la actual Catarina un periódico universitario. La razón, según el vicerrector (que por un tiempo tomó el papel de asesor cuando solamente firmaba horas del servicio social) es que no hay presupuesto, cuando en realidad no hay nadie que quiera estar al frente de una Catarina ultrajada, de los restos de una Catarina que no es La Catarina, de una Catarina que no es un periódico universitario, en todo caso, como el cuadro de Magritte, es sólo la representación de uno.

Además de la representación de un periódico universitario, queda un nido de servicio social, un equipo huérfano que se mantiene a flote sin dirección, eso, un equipo náufrago, queda un medio universitario que cada vez se lee menos, un medio sin rigor periodístico y con muchas fallas que pueden pasar sin corrección.

Y así como las palabras se desvanecen en el tiempo, sin la atención adecuada este semanario también lo hará. Cuando el momento llegue se recordará a la administración de Palou como la que censuró, pero la administración actual será la que no hizo nada para revertirlo, la que lentamente dejó morir, en silencio, con los ojos vendados. Lo cual al final no sería del todo una sorpresa por una sencilla razón:

Esto no es una universidad.

Evaristo Galvanduque

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